21 de febrero de 2009

Quéjate, si puedes.


Quéjate, si puedes, de mi poesía,
cúmulo de palabras y suspiros
que te guardo para el frío, como abrigo.
Quéjate, de que te quiero todavía.

De que no saldrás jamás de esta vida
en la que sólo sabré ser tu amigo,
mientras vivo en la siguiente, contigo.
Quéjate, de que no cierro la herida.

Porque sigue siendo tuyo mi corazón,
por todo lo que te ofrezco, sin tener,
mi fe, mi vida, mi ser, mi razón.

Por ser en mi mundo la única mujer,
y haber hecho del resto comparación.
Por quererte, si puedes, quéjate.

19 de febrero de 2009

Soledad, déjala ir



Soledad, amplio consuelo.
Subsuelo de la ambigüedad, 
buena compañía, esposa leal
sin recelo.
Soledad, amiga invisible,
tanto como mi amor de siempre
que aunque no me ve, me siente,
intangible...

Me elegiste y no me quieres,
eres novia de la muerte,
tu alma está llena de sierpes
que me hieren.
Vete ya, que se hace tarde.
¿Quieres ya cederle el sillón
al espejismo de mi sinrazón,
por el que arde?

¿No soy tan hombre para ti,
que acaso a ella también quieres?
Pues busca, soledad, hazme caso
a otras mujeres;
Que si esta no es para mí,
te vas a conformar conmigo.
Ven, seré tu amigo, y a ella...
déjala ir.

14 de febrero de 2009

El Principito



Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:


-¡Ah!... -dijo el zorro-. Voy a llorar.

-Tuya es la culpa -dijo el principito-. No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara...

-Sí-dijo el zorro.

-¡Pero vas a llorar! -dijo el principito.

-Sí-dijo el zorro.

-Entonces, no ganas nada.

-Gano -dijo el zorro-, por el color de trigo. Luego, agregó:

-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:

-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Y las rosas se sintieron bien molestas.

-Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo todavía-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.

Y volvió hacia el zorro:

-Adiós -dijo.

-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse.

-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.

-El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito, a fin de acordarse.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

-Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse.


11 de febrero de 2009

Para los buitres


Se acabaron los poemas
para los amantes de carroña,
para los inventores de historias
de mentiras y blasfema.

Ya no escribiré poemas
para los que se creen dueños
de tu vida, y de mis sueños;
se acabaron, no temas.

Escribiré, como siempre
para desahogar mis miedos,
derramaré en un papel lo que siento.

Pero para los que intenten
meter en mi llaga sus dedos...
no, éste es el último verso.

10 de febrero de 2009

Concurso de portadas - 1






Con motivo de la publicación de "Delirios", un libro que recogerá la mayoría de escritos de este blog, convoqué un "concurso" de portadas, para el que Víctor, Antonio, Sandra, Elena y Raquel me prometieron una propuesta... Esta es la primera de ellas, elaborada por Elena. Gracias.

Si yo, tú

Hoy os dejo un poema de un gran pensador, que quizá porque lo encasillais con una música que no os habéis parado a escuchar, no conocéis. 


Si yo, tú.
Si caes, yo contigo,
y nos levantaremos juntos
en esto unidos.

Si me pierdo, encuéntrame.
Si te pierdes, yo contigo,
y juntos leeremos en las estrellas
cuál es nuestro camino.
Y no existe, lo inventaremos.

Si la distancia es el olvido,
haré puentes con tus abrazos,
pues lo que tú y yo hemos vivido
no son cadenas…
ni siquiera lazos:
es el sueño de cualquier amigo,
es pintar un ‘te quiero’ a trazos,
y secarlo en nuestro regazo.

Si yo, tú.
Si dudo, me empujas.
Si dudas, te entiendo.
Si callo, escucha mi mirada.
Si callas, leeré tus gestos.

Si me necesitas, silba
y construiré una escalera
hecha de tus últimos besos,
para robar a la luna una estrella
y ponerla en tu mesilla
para que te dé luz.

Si yo, tú.
Si tú, yo también.
Si lloro, ríeme.
Si ríes, lloraré,
pues somos el equilibrio,
dos mitades que forman un sueño.

Si yo, tú.
Si tú, conmigo.
Y si te arrodillas
haré que el mundo sea más bajo,
a tu medida,
pues a veces para seguir creciendo
hay que agacharse.

Si me dejas, mantendré viva la llama
hasta que regreses,
y sin preguntas, seguiremos caminando.
Y sin condiciones te seguiré perdonando.
Si te duermes, seguiremos soñando,
que el tiempo no ha pasado,
que el reloj se ha parado.

Y si alguna vez la risa
se te vuelve dura,
se te secan las lágrimas
y la ternura,
estaré a tu lado,
pues siempre te he querido,
pues siempre te he cuidado.

Pero jamás te cures de quererme,
pues el amor es como Don Quijote:
sólo recobra la cordura
para morir.
Quiéreme en mi locura,
pues mi camisa de fuerza eres tú,
y eso me calma,
y eso me cura…

Si yo, tú.
Si tú, yo.
Sin ti, nada.
Sin mí, si quieres, prueba.


Txus di Fellatio

8 de febrero de 2009

París


Agarrarte el brazo a diez mil metros y querer 
que desaparezca el avión, que sólo quede
la nieve de cristal, la lluvia leve, 
el cielo de París a nuestros pies.

Y volar, volver a soñar libre otra vez
cogerme de tu mano, que seas quien me lleve,
mirarte a los ojos cuando me eleve
paseando al lado de mis aviones de papel.

Si tu amor no es de verdad, si solo eres un sueño,
cállate, no digas nada, no hagas ruido,
prefiero pensar que estamos aún volando.

Prefiero seguir creyendo que soy el dueño
de este destino caótico y sin sentido;
no me despiertes, que quiero seguir soñando.

3 de febrero de 2009

Volver a llamarte


Volver a llamarte;
escuchar de nuevo de acaramelada voz, 
caer otra vez en el sueño, despierto
y agarrado a un sordo altavoz.
Y detener el tiempo como antes,
convirtiendo en aire un triste reloj,
imaginando juntos la vida al revés,
inventando como niños un mundo de dos.
Sabedores de que se ha acabado todo,
y aún agarrados al clavo ardiendo del amor.


1 de febrero de 2009

Resignación


¿No es acaso perfecto nuestro amor, uno en el que no hay que tocarse? En el que no hay apenas que verse, en el que el tiempo no hace mella. Un objeto recíproco de inspiración que nos hace escribir, y que no precisa que nos leamos, pues todo lo que está escrito, de alguna forma, ya lo sabemos. O lo supimos desde un principio.

Ya sé que no te voy a olvidar, convéncete también. No sé si es malo o bueno, hago caso omiso de opiniones y sugerencias. Uso los consejos de consuelo para convencerme de que el mundo no es culpable de no entendernos, la mediocridad no entiende de amores perfectos como el nuestro, no sabe de sentimientos tan profundos que no necesitan expresarse, que no se debilitan con el lento paso del reloj, que no temen a distancias infinitas, que no pueden ser controlados, y que tienen la fuerza necesaria para dar la vida, o quitarla.

Dos palabras. Tan sólo dos palabras que he intentado decir de muchas formas, y que hace tiempo me di cuenta, que no es necesario decirlas. Porque tú también las sientes. Porque también son tuyas, como yo, de alguna forma, de la misma que hace que tú me pertenezcas.

Te inspiro, me inspiras, nos amamos, callamos, me resigno, te acostumbras… y empezamos a morir.

Aquellos dorados años...

Este es un vídeo para mis amigos egabrenses. Es sólo un trailer, protagonizado por el gran Agustín, de nuestro viaje de fin de estudios. Espero que os guste, habrá más.