28 de diciembre de 2009

Año viejo


En las calles amarillas repiquetean
las gotitas de colores parpadeantes.
A través de las ventanas cerradas
se oyen estos días canciones de antes
para decirte que la vida sigue andando,
para convencerte de que pasa,
que eres un año menos joven,
aunque parezca que nada cambia.

Porque al mirar en derredor tu sabes
que han manipulado los recuerdos.
Porque en tu interior aún tienes
las imágenes borrosas de antaño.
Y ves hoy, en las mismas calles,
a un Peter Pan entrado en años,
la vieja Alicia enganchada a sus pastillas,
un spray en la cesta de Caperucita,
al sapo pisoteado en la acera
y tres cerditos pagando
la hipoteca por un piso compartido.

Todos los que te rodean crecieron
y las cosas fueron cambiando poco a poco.
La mayoría dejaron de soñar,
y si sueñas aún, te llaman loco.

El príncipe ya no busca zapatos de cristal
porque su bufón encontrará a Cenicienta en Facebook.
Las pociones de Merlín no se venderán
porque ya hay drogas más baratas.

Y tú, que juraste que todos los caminos
que emprendieras serían para siempre;
tú que dejaste de saludar al nuevo año con uvas
y que un día decidiste no seguir creciendo,
aún te empeñas en seguir soñando.
A ti, que te acusaron de no ser creyente,
no deja de inundarte la fe de la eternidad.


Pensé que la felicidad no me dejaría volver a escribir,
y ella misma me regaló una pluma nueva.
Feliz año nuevo a todos, y no olvidéis los años viejos.

9 de diciembre de 2009

Yesterday



Se escribe mejor cuanto peor se está. Últimamente me cuesta mucho escribir. Así de bien me siento.