La vida es un error detrás de otro,
cúmulo de fallos, nido de erratas
que esta vez, por ti, pagué baratas;
y en medio de los errores: nosotros.
Prisas inventadas, relojes rotos,
querer ser el mejor, meter la pata.
Llamadas telefónicas que casi matan,
semáforos azules y ojos rojos.
Llegar tarde, la desesperación,
saber que el tren tan sólo pasa una vez,
y en números rojos, más de las trece.
Perderse no fue una mala ocasión;
sin errores ni prisas, sólo hay que saber
que los autobuses pasan más de dos veces.
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