Quiero volver contigo a la ciudad del cielo gris
cada vez que me recuerda el frío el mes de enero.
Quiero volver a la ciudadela blanca y quiero
que me envuelvan de nuevo las sábanas de Madrid.
Pisar Liverpool y Londres, volver donde aprendí
que se escribe mejor poesía si es sobre la piel.
Donde empecé a encontrar sentido al mundo y a creer
que no se trata sólo de matar o de morir.
Que se trataba más bien de empezar a diseñar
el camino por el que hoy comenzamos a escapar,
la estrategia que nos ha de llevar a compartir
esa ruta a las entrañas de una nueva ciudad,
un viaje tan perfecto donde poco importe estar
en Granada, Buenos Aires, La Habana o Guayaquil.
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