7 de febrero de 2010

El Bosque de la Luz (4)




- ¿Por qué no lo intentáis?

Por más que me esforcé, las Alegrías se negaban a explicarme lo que era el Amor. Sin embargo, no se portaron mal conmigo. Me ofrecieron hacerle una visita a la Experiencia, esa que, según decían, jamás se había renovado. La que vivía desde siempre, y lo recordaba todo.

- De todas formas chico, no deberías hacerte muchas ilusiones. La experiencia tampoco va a definirte el Amor.
- No te preocupes – añadió Sonrisa -, de todas formas, hablar con la Experiencia siempre es una gran oportunidad.

Caminamos durante horas por un camino serpenteante, y al llegar a una montaña de libros, me sorprendí al verla. Un gran tortuga oscura, que más parecía una montaña de piedra, abría los ojos lentamente para recibirnos. Ni nos dejó saludar.

- Ya sé para qué vienes, joven – dijo la Experiencia con una voz cadente y melodiosa -. Puedes irte si quieres, yo tampoco voy a explicarte lo que es el Amor.
Puedo decirte, como me dijo Hesiodo, que el Amor es el arquitecto del Universo. Puedo decirte, también, como me dijo un buen amigo, que el Amor, es la fuerza más grande que encontrarás en este mundo; pero cuidado con él, pues es la fuerza más grande para crear, pero también para destruir. No juegues con él si lo encuentras.
No preguntes más, no te lo voy a decir. Por mucho que te cite a sabios pensadores, jamás sabrás lo que es el Amor. Quizá, piensa esto bien, sea sólo una herramienta para buscar a la Felicidad, ¿no es así?
Sea lo que sea, si de verdad quieres solventar tus dudas, ve y búscalo. Y cuando lo hagas, recuerda a Neruda: “en un beso, sabrás todo lo que he callado”.

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